martes, 25 de febrero de 2014

IDENTIFICAR RELACIONES "TÓXICAS"

HABLANDO EN CONFIANZA
Temporada 2013/2014
PROGRAMA 9
Vivimos en sociedad, lo cual obviamente conlleva para nosotr@s toda una serie de beneficios, aunque sin estar exentos de perjuicios.
Fruto de esta tendencia a agruparse formando culturas, pueden existir determinadas actitudes, como la necesidad de apoyar a los demás que aunque puedan resultar satisfactorias, se corre el riesgo de atraer hacia sí a ciertas personas que lleguen a interpretar que dicho apoyo no es otra cosa que un acto de servilismo. Serían las denominadas personas tóxicas: llenan tu vida de exigencias, de demandas, pero en realidad apenas te aportan nada positivo.
CÓMO SABER QUE ESTÁS INMERS@ EN UNA RELACIÓN TÓXICA
En primer lugar, cabe diferenciar lo que es de lo que no es una relación tóxica: no llevarse bien con alguien, discutir constantemente o simplemente tener la sensación de que no se encaja, no tiene por qué implicar toxicidad en la relación, puesto que perfectamente puede tratarse de una reciprocidad (no podemos caer bien a todo el mundo, y viceversa).
Sin embargo, si cada vez que mantenemos un contacto con alguien, sentimos que nos falta energía, y además acabamos teniendo la sensación de estar agotad@s tanto física, como mentalmente; sentimos confusión, al no entender el motivo real por el que se ha generado malestar; además nos invade el sentimiento de culpabilidad por creer no haber hecho todo lo que estaba en nuestra mano...  si sentimos todo esto, es muy probable que estemos inmersos en una relación tóxica.
PAUTAS PARA IDENTIFICAR A UNA PERSONA MANIPULADORA
1) Inicio insidioso de la relación.
Es relativamente sencillo caer en este juego, ya que al principio esta persona puede lisonjearte con halagos y piropos, de tal forma que tiende a alimentar tu ego.
La solución pasaría por mantener una cierta distancia emocional ante este tipo de situaciones, es decir, no se trata de desconfiar por sistema de toda aquella persona que diga cosas positivas acerca de ti (al contrario, sería importante aprender a rodearse de personas positivas que tiendan a aportar en tu vida el reconocimiento merecido tras un esfuerzo), pero desde luego estas personas tienen una peculiaridad: a pesar de que dicen maravillas acerca de tu persona, habitualmente no te escuchan, ni atienden a la forma en la que realmente actúas. O lo que es lo mismo: paradójicamente, no se interesan lo más mínimo por ti, ni por lo que te rodea.
La utilización por su parte del halago para acercarse a las personas, puede tratarse de una pauta aprendida en su experiencia vital para que la otra persona esté receptiva al acercamiento.
Una vez efectuado el acercamiento, la persona empieza a introducirse en una dinámica desajustada en la que no hay parangón entre lo que aporta y lo que recibe.
2) Narcisismo desmesurado.
Todo lo que acontece, pasa por y a través de estas personas. De hecho, no mostrarán interés por nada en lo que no puedan adquirir protagonismo. Es más, frecuentemente ejercen un fuerte bloqueo ante situaciones en las que no sean ellas mismas el centro de atención, propiciando que estas situaciones no tengan lugar.
3) Baja autoestima.
Una persona narcisista suele poseer una baja autoestima. Puede parecer una contradicción, pero en realidad, quien posea una buena autoestima, no va a sentir necesidad de alardear de sí mismo. En cambio, si estamos ante situaciones en las que una persona necesita "parasitar" emocionalmente a otra para sentirse útil y en cierta forma, poderosa, entonces estamos hablando de una necesidad de compensar su baja autoestima a costa de la de los demás. Obviamente, y de manera consecuente, produce un desgaste de energía en la persona que es parasitada.
4) Manipulación implícita.
Este proceso suele resultar muy sutil. Por ejemplo, cuando observemos que alguien critica ferozmente a otras personas y sin embargo delante de ellas muestra su mejor sonrisa y amabilidad, empecemos a sospechar que probablemente haga lo mismo con nosotr@s.
Ante este tipo de situación descrita, suele ser bastante común que lo que pretenda es crearte un malestar tal con respecto a la persona criticada, que finalmente eres tú mism@ quien arremete contra ella. En definitiva: siempre eres tú quien da la cara. Y justo en ese momento, entonces actúa retrayéndose apareciendo incluso como "mediador" ante ese conflicto.
QUÉ HACER ANTE SITUACIONES DE MANIPULACIÓN
1) Huir de actitudes profundamente servilistas.
Habría que tomar consciencia de que una cosa es ayudar y apoyar al prójimo, y otra muy diferente, convertirse en su sirviente. O lo que es lo mismo aceptar que el comportamiento altruista no existe como tal si no va a acompañado de la correspondiente reciprocidad, es decir, una persona puede actuar ayudando a otra de corazón, y sin esperar nada a cambio. Pero si se encuentra ante una situación en la que los papeles se invierte, y no recibe la ayuda de la persona que puede... entonces entender que desaparecen las ganas de volver a ayudarla en un futuro.
2) La amistad es una elección, nunca imposición.
A las amistades las elegimos, utilizando para ello diferentes procesos y criterios, como la de similitud de ideas, compartir gustos y aficiones, etc... Esto hace que el aporte emocional sea inmensamente positivo.
Cuando la relación deja de aportar positividad, no será necesario seguir forzándola. Entendamos con esto un sentido siempre de reciprocidad: obviamente, un@ buen@ amig@ lo será en los momentos buenos y en los malos.
Quizá en este punto cabe hacer un ejercicio de reflexión personal: ¿qué criterio aplico entonces para elegir a las personas que me rodean?

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