miércoles, 28 de agosto de 2013

LA ESENCIA DEL RECICLAJE EN EDUCACIÓN: "CONVERTIR LA BASURA EN JUGUETES PARA APRENDER"

10 INTERVENCIONES SOBRE EDUCACIÓN ELEGIDAS POR SIR KEN ROBINSON
(2 de 10): ARVIND GUPTA "CONVERTIR LOS TRASTOS VIEJOS EN JUEGUETES PARA APRENDER"

Mi nombre es Arvind Gupta y soy fabricante de juguetes. Hace 30 años que construyo juguetes. En los años 70 estaba en la universidad. Eran tiempos bastante revolucionarios. Podemos decir que había un fermento político; los estudiantes, en las calles de Paris, se revelaban contra la autoridad. Estados Unidos estaba sacudido por el movimiento contra Vietnam y el de los Derechos Civiles. En la India teníamos el movimiento naxalita, el movimiento campesino. Como sabemos, cuando la sociedad se agita políticamente, se libera mucha energía. El movimiento nacionalista en la India es un buen testimonio. Muchas personas renunciaron a sus puestos bien pagados y se lanzaron al movimiento nacionalista. A principios de los 70 uno de los principales programas en la India era la revitalización de las ciencias en las escuelas rurales.

Hubo un personaje; Anil Sadgopal que obtuvo su doctorado en Caltech y regresó como bióloga molecular al instituto de investigación de vanguardia de la India, TIFR. A los 31, ella no podía relacionar sus investigaciones con la vida de la gente común. Entonces hizo unos diseños e inició un programa rural de ciencias. Muchos se inspiraron en esto. El tema a principios de los 70 era "Ve hacia la gente, vive con ellos, ámalos. Arranca con lo que saben. Parte de lo que tienen". Esta idea era como una definición.

A mí me llevó un año. Fui a trabajar a Telco, muy cerca de Pune. Fabricaba camiones Tata. Allí estuve dos años, hasta que me di cuenta que no había nacido para hacer camiones. A menudo uno no sabe lo que desea hacer, pero sí es suficiente saber lo que no se quiere hacer. Así fue como me tomé un año libre y me fui a este programa rural de ciencias. Fue un momento crucial. Era un pueblo muy pequeño, con mercado semanal, en el que la gente, una vez a la semana, ponían todo a la vista. Me dije: "Voy a quedarme aquí un año". Me puse a comprar una muestra de cada cosa que se vendía en los andenes. Algo que encontré fue este caucho negro.

Se llama válvula de cámara de bicicleta. Para inyectar aire en una bicicleta, se usa una de éstas. Y en algunos modelos, se toma una válvula de cámara de bicicleta, le insertan dos fósforos y tenemos una unión flexible. Una unión de tubitos. Se comienza por enseñar sobre ángulos; el agudo, el recto, el obtuso, el plano. Basta con unirlas. Si hay tres, se las puede enlazar se forma un triángulo. Con cuatro se hace un cuadrado, se puede hacer un pentágono o un hexágono; toda clase de polígonos con algunas propiedades maravillosas. Por ejemplo, al mirar un hexágono se ve como una ameba que cambia de forma constantemente. Se puede tirar de aquí y se convierte en un rectángulo. Si le da un empujón, se vuelve un paralelogramo. Pero está tembloroso. Por ejemplo, miren el pentágono. Si tiran de él, se convierte en un bote en forma de trapecio. Si lo empujan, toma la forma de una casa. Se convierte en un triángulo isósceles, de nuevo muy tembloroso. Este puede verse bien cuadrado y arreglado, se le da un pequeño empujón y se vuelve un rombo. O de forma de cometa. Pero si le damos un triángulo a un niño, no puede hacer nada

¿Por qué usar triángulos? Porque los triángulos son las únicas estructuras rígidas. No se puede hacer un puente con cuadrados porque vendría el tren y lo sacudiría. La gente común lo sabe; si usted va a una aldea en la India, puede que ellos no hayan ido a la universidad, pero nadie construye el techo así. Es que si le ponen tejas encima, simplemente se derrumba. Siempre hacen los techos triangulares. Esto es ciencia popular.

Si se perfora un agujero aquí y se le pone un fósforo, se obtiene una unión en T. Y si se colocan otros tres lados en los tres vértices del triángulo, tendremos un tetraedro. Así se hacen figuras en 3D. Se hace un tetraedro como éste. Y ya hecho se hace una casita. Le ponen esto encima. Se puede hacer una unión de cuatro. O de seis. Se necesitan cantidades. Ahora esto. Se hace una unión de seis y queda un icosaedro. Se puede jugar con esto. Así se hace un iglú. Esto era en 1978. Yo era un joven ingeniero de 24 años cuando pensé que esto era mucho mejor que hacer camiones. (Aplausos) Y si ahora se le meten cuatro bolitas se tiene una simulación de la estructura del metano, CH4. Cuatro átomos de hidrógeno en las 4 puntas del tetraedro y en el centro uno de carbono.

Desde entonces pienso que he sido realmente afortunado por ir a 2.000 escuelas de mi país; escuelas rurales, oficiales, municipales, exclusivas. Me han invitado a la mayoría. Cada vez que voy a una escuela, veo el brillo en los ojos de los niños. Veo esperanza. Veo felicidad en sus caritas. A los niños les gusta hacer cosas, quieren construir.

Ahora, hacemos cantidades de bombas. Esta es una bomba pequeña con la que se puede inflar un globo. Es de verdad. Se puede reventar el globo. Y tenemos un lema: "lo mejor que un niño puede hacer con un juguete, es romperlo". Así, todo lo que hacemos, es una afirmación muy provocativa, esta cámara de bicicleta y este pico de plástico, Pongo el pico en una vieja cámara de bicicleta. Y así se hace una válvula. Se le pone un poco de cinta adhesiva Es de una sola vía. Se pueden hacer muchísimas bombas. Y esta es otra; se toma un pitillo, se le mete un palito, se hacen dos medios cortes. Esto es lo que hay que hacer... se doblan ambos lados para formar un triángulo y se cubre alrededor con cinta. Esta es la bomba. Ahora, si tenemos esta bomba; es como un rociador bien grande. Como una centrífuga. Si se hace girar algo, tiende a salir volando.

Es decir, si está [confuso]. se hace esto con una hoja de palma. Muchos de los juguetes tradicionales se basan en principios científicos. Si hago girar algo, tiende a salir volando. Si lo hago con las dos manos; esto es divertido, Señor Volador. Correcto. Este es un juguete hecho de papel. Sorprendente. Hay cuatro dibujos. Se ven insectos. Se ven ranas, culebras, águilas, mariposas, ranas, culebras, águilas. Un papel que se puede [confuso], diseñado por un matemático de Harvard, en 1928. Arthur Stone, mencionado por Martin Gardner en varios de sus libros. Esto es divertido para las niños. Ellos aprenden sobre la cadena alimenticia. Las ranas se comen a los insectos, las culebras se comen a las ranas, las águilas se comen a las culebras. Esto puede ser... si se tiene papel de fotocopias, papel tamaño A4, podemos estar en una escuela municipal o del gobierno... un papel, una báscula y un lápiz. No se necesita pegamento ni tijeras. En tres minutos, simplemente lo dobla. Y los usos solo están limitados por la imaginación. Si el papel es pequeño, se obtiene un flexágono pequeño. Si es más grande, se obtiene uno mayor.

Ahora, este es un lápiz con unas pocas ranuras. Se le coloca un pequeño ventilador. Este es un juguete de más de cien años. Ha habido seis artículos de investigación importantes, sobre esto. Hay unas ranuras aquí, se pueden ver. Si tomo una lengüeta y la froto, sucede algo sorprendente. Seis artículos de investigación, importantes. En verdad, Feynman de niño, estaba fascinado con esto. Escribió un artículo al respecto. No se necesita un Colisionador de Hadrones de tres mil millones para hacerlo. Ahí está para todos los niños, todos pueden disfrutarlo. Si le ponemos un disco coloreado, los siete colores se funden. De esto hablaba Newton hace 400 años, que la luz blanca está compuesta de siete colores... simplemente la hacemos girar.

Este es un pitillo. Lo que hice fue sellar los dos extremos con cinta, y cortar en la esquina derecha y en la inferior izquierda. Quedaron agujeros en las esquinas opuestas. Hay otro huequito aquí... Esto es como un pitillo para soplar. Si le meto esto... Hay un hueco aquí, y lo cierro. Hacerlo cuesta muy poco. Bien divertido que los chicos lo hagan.

Lo que hacemos es un motor eléctrico bien sencillo. Bueno, este es el motor más sencillo del mundo. Lo que más cuesta es la batería interna. Si ya se tiene la batería, cuesta cinco centavos hacerlo. Esta es una vieja cámara de bicicleta, que nos da una banda elástica ancha, dos ganchos imperdibles. Este es un imán permanente. Si la corriente fluye por la bobina, se convierte en un electroimán. La interacción entre estos dos imanes es lo que hace girar al motor. Hicimos 30 mil.

Los maestros vienen enseñando esto desde siempre, simplemente memorizan la definición y la repiten. Si los maestros lo hacen, los niños lo hacen. Puede verse el brillo en sus ojos. Se emocionan sobre lo que es la ciencia. Y esta ciencia no es un juego de ricos. En un país democrático la ciencia tiene que llegarle a los más oprimidos, a los chicos más marginados. El programa comenzó en 16 escuelas y se difundió a 1.500 escuelas oficiales. Más de 100 mil niños aprenden ciencias así. Y solo estamos explorando posibilidades.

Miren, esto es un tetrapak; materiales horribles desde el punto de vista ambiental. Son seis capas -tres de plástico, aluminio- selladas entre sí. Se han fundido para que no se puedan separar. Ahora podemos hacer una pequeña red y los doblamos y empalmamos y tenemos un icosaedro. Así, algo que es basura, algo que atraganta a las aves marinas, puede reciclarse en una cosa muy, muy divertida. Los sólidos de Platón pueden armarse con objetos como éstos.

Esto es un pitillo, ahora le cortamos las esquinas así, y se convierte en la boca de un bebé cocodrilo. Si se lo pone en la boca y sopla... (Pitido) Como dicen, "delicias de los chicos, envidias de los maestros". No se puede ver como se produce el sonido, porque lo que vibra está dentro de mi boca. Voy a dejarlo afuera, para soplar. Voy a aspirar aire. (Pitido) Así, nadie necesita simular la producción del sonido con vibraciones de alambres. Sólo sigue soplando, sigue haciendo sonido, y sigue cortando. Y sucede algo muy lindo. (Pitido) (Aplausos) Y si tienen uno muy pequeño. (Pitido) Estas son cosas que nos enseñan los chicos. También se puede hacer esto.

Pero antes de continuar, esto es algo que hay que compartir. Esta es una tableta táctil para niños ciegos. Y estas son tiras de velcro. Aquí, mi tableta para dibujar, y mi pluma, que es básicamente una caja de película, esencialmente, como una tanza de pescador, una línea de pescar. Y esto aquí, es lana. Si giro la manivela, toda la lana se introduce. Y lo que un niño ciego puede hacer es simplemente dibujar así. La lana se pega al velcro. Hay 12 millones de niños ciegos en mi país (Aplausos) que viven en completa oscuridad. Y esto les ha sido de gran ayuda. Hay un fábrica allá, que hace que los niños ciegos... no los puede alimentar, no les puede dar vitamina A... Pero esto es una gran ayuda para ellos. No hay patentes. Cualquiera puede hacerlo.

Es muy, muy sencillo. Vean esto; es un generador. Un generador a manivela. Tiene dos imanes. Aquí hay una polea grande, hecha de caucho entre dos CD. Una pequeña polea y dos imanes bien fuertes. Esta fibra hace girar el alambre, unido a un LED. Si hago girar esta polea, la pequeña va a moverse más rápido. Se crea un campo magnético rotatorio. Obviamente, se cortan las líneas y se genera la fuerza. Y se puede ver que se enciende el LED. Así, este es un generador a manivela.

Bueno, aquí, de nuevo, Este es solo un anillo de acero, con tuercas de acero. Lo que podemos hacer simplemente, se le dan unas vueltas y continúa girando. Imagínense un grupo de chicos en círculo esperando a pasarse el anillo de acero. Estarán absolutamente felices con este juego.

Para terminar, lo que podemos hacer es usar unos cuantos periódicos para hacer gorros. Esto es digno de Sachin Tendulkar. Es un buen gorro para críquet Si se acuerdan de Nehru... y de Gandhi... este es el gorro de Nehru, simplemente medio periódico. Hacemos cantidades de juguetes con periódico y este es solo uno de ellos. Esto es, como pueden ver, un pájaro aleteando. Todos los periódicos viejos, los cortamos en cuadritos. Y si Ud. tiene una de estas aves... Los niños japoneses las hacen desde hace muchísimo tiempo. Como pueden ver, este es un pájaro fantail.

Bueno, para terminar, voy a contarles un cuento. Se llama "La historia del sombreo del capitán". Había un capitán de barco en el mar. Era bastante lento. En el barco iban muchos pasajeros, que estaban aburridos, por lo que el capitán los invitó a la cubierta. "Vístanse con ropas coloridas, canten y bailen y yo les brindaré de comer y de beber". El capitán se ponía un gorro cada día y se unía a la fiesta. El primer día fue con un gran sombrero de paraguas, como gorro del capitán. Esa noche, cuando los pasajeros dormían, le hizo un doblez más, y el segundo día tenía un gorro de bombero, con una aleta de sombrero de marca para protegerse la columna. La segunda noche, tomó el mismo gorro y le hizo otro doblez. Y el tercer día usó un sombreo de safari, como casco de explorador. La tercera noche le hizo dos dobleces más, este es un gorro muy, muy famoso, como se ha visto en ciertos de nuestros films de Bollywood... el que usa el policía; se llama el gorro zapalu, que se ha lanzado a las glorias internacionales.

No hay que olvidar que él era el capitán del barco. Y aquí está el barco. Y ya como final, todos estaban disfrutando mucho el viaje; cantaban y bailaban. De pronto hubo una tormenta y olas enormes. El barco no podía hacer nada más que bailar con las olas. Llegó una ola inmensa y le dio en la punta y se la tumbó. Luego llegó otra y lo golpeó por la parte de atrás y se la arrancó. Y una tercera por acá que se devoró el puente y lo derribó. Y el barco se fue a pique. Y el capitán lo perdió todo, menos un chaleco salvavidas.

Muchas gracias.

miércoles, 21 de agosto de 2013

JUGAR CON EL CUERPO, CON EL CORAZÓN Y CON LAS MANOS

Elena Feliu
"Dijo Gianni Rodari que la imaginación es una función de la experiencia, una elaboración de los elementos conocidos con formas nuevas y diferentes. Sabemos que el juego es la forma de experimentar con la realidad que tienen nuestros chicos; cuando los niños juegan sin patrones impuestos, la fantasía puede mostrarse plena y la creatividad a partir de las cosas que nos rodean aparece más rica, más eficaz.

En la actualidad los padres aceptamos con agrado límites cada vez más refinados en los juegos de nuestros hijos por temor a lesiones, enfermedades o cualquier tipo de eventualidad impredecible. De allí que aceptemos que se sustituyan los contactos reales, corporales, por otros virtuales que evitan los conflictos y los riesgos de las relaciones naturales. Escasean las oportunidades en donde los niños de las ciudades usen el cuerpo para confundirse sin reglas con los demás y con la naturaleza.
No olvidemos que la vida virtual hiperdesarrollada tiene sus riesgos: individuos abstractos con desconocimiento de sus potenciales habilidades, con una autonomía cada vez más inhibida y sin conciencia de la pertenencia a un lugar. Además, como la tecnología favorece el placer solitario de grandes y chicos, nuestros niños acceden temprano a formas debilitadas de juego encerradas en la falsa dicotomía de jugar para ganar o jugar para aprender. Por lo tanto importa mucho que preservemos espacios y tiempos de juego libres para nuestros hijos.

Vemos a diario que las áreas que antes servían para el intercambio y la experiencia como jardines, parques, bosques hoy están casi despobladas de niños. Sin embargo, el mundo a explorar no debe ceñirse al hogar, los chicos no deben ser privados de jugar aquellos juegos que les permitan compararse con animales, vegetales, amigos o enemigos, en territorios conocidos o desconocidos para ensayar todas las gamas del aprendizaje social. Se trata de que nuestros niños habiten la Tierra, que la investiguen, que jueguen en contacto con su barrio, sus plazas y su ciudad.

Porque jugar es algo muy serio, desconfiemos de la exagerada intromisión de los adultos que proponen espacios seguros en circuitos estándar y evitemos el predominio de los juegos electrónicos. Es una gran meta educativa buscar que nuestros hijos vivan su infancia y desarrollen su imaginación. No queremos chicos precoces, queremos niños libres que jueguen con la cabeza, con el corazón y con las manos."


Mónica E. López.

lunes, 19 de agosto de 2013

DIARIO DE UN SUPERDOTADO EN UN COLEGIO DE ALMERÍA XI

Viernes, 06 de junio de 2013

Esta mañana he estado con el director D. BBB. Le he expuesto el miedo que tenemos ante la insistencia de la señorita AAA de que repita curso. Que el niño está bastante deprimido y que se está esforzando mucho. Realmente, ha sido una visita bastante anodina como siempre. Me suele pasar con este hombre que después de cada conversación, salgo del despacho sintiéndome ignorada. No he querido “atacar” a la señorita AAA contándole todo lo sucedido, pero si le he expresado mi miedo porque si los exámenes que le quedan los hace mientras los demás dan clase, no van a tener el mismo resultado. Al niño le cuesta concentrarse y más con las interrupciones de su señorita.
Realmente lo que quería es que autorizara al niño a hacer los exámenes fuera de la “influencia” de su profesora…pero no ha habido suerte. Este hombre nunca le da importancia a nada. “Dile que haga el sprint final que su señorita ya lo tendrá en cuenta” me ha dicho. “Que lea, que amplíe vocabulario”. Señor Director, le he contestado, mi hijo tiene un vocabulario bastante más rico que el mío. “Bueno, bueno…pues que lea”. No se entera de que niño está hablando, o quizá ahí se vea la “campaña” realizada por AAA durante todo este curso buscando apoyo en los demás miembros colegiados para poder hacerle repetir. Mi hijo jamás ha tenido problemas de lectura. Jamás. Al revés. Su dotación consiste en eso: capacidad verbal y lingüística. Su problema es la disincronía entre mente y mano a la hora de escribir. Es fácil de entender si se informaran…pero no han querido nunca.
Nunca le han dejado escribir en el ordenador, por ejemplo. Lo que haría la escritura un poco más rápida y un poco más cercana a su velocidad de pensamiento. Al revés. Ha estado muchos meses castigado sin ordenador, hasta que no hiciera bien la ortografía.
No han querido tratarlo diferente, cuando por ley tiene derecho a ello. “No, hasta que hagas lo mismo que los demás”. Se trata de motivar a los niños, no de desmotivarlos.

Lo que más me asusta de todo esto, es las reacciones que veo en el niño cuando alguien le levanta la voz. Le tiene tanto miedo a la señorita AAA y a su sistemático terror psicológico, que cuando alguien le levanta la voz como suele hacer ella, el niño se bloquea totalmente. No he visto cosa igual. Se queda en blanco, dice tonterías, realmente no sabe ni lo que dice. Con la personalidad tan fuerte que tiene este niño, me choca tanto que reaccione así, que me asusta.
Delante de mi, y presionado por su señorita, ha llegado a mentir abiertamente en cosas que yo se que no son verdad…con tal de darle la razón a su señorita y que deje de mirarle y de hablarle. Es horrible. Cuando se aparta la señorita, es cuando me dice la verdad y si le insisto en que lo haga delante de ella, dice que cuando yo me voy…se enfada con él y le echa una buena reprimenda.

Es por eso que no me ha contado muchas cosas, para que no fuera yo al colegio y luego él sufriera las consecuencias.


Continuará...
DULCE MOTANGUDO

BEBÉS DE ALTA DEMANDA Y ALTAS CAPACIDADES

No hace mucho, de la mano de mi amiga virtual Mónica San Martín, tuve contacto con un nuevo concepto que me ha hecho pensar una vez más en la posibilidad de detectar precozmente las altas capacidades y a su vez emitir un diagnóstico diferencial con respecto a cualquier tipo de trastorno: NIÑ@S DE ALTA DEMANDA.


Es cierto que tiende a desvirtuarse bastante la idea que tenemos de cómo es un bebé hasta que finalmente tenemos uno :-)... pero también lo es que no todos l@s bebés son iguales. Recuerdo en una ocasión que alguien me dijo "¿pero qué complicación puede tener criar a un bebé? ¿qué necesidades va a tener un recién nacido?". Pues en realidad, son mucho más variadas de las que en primera instancia se pueda llegar a pensar. Por ejemplo, cariño. Efectivamente, NECESITAN ser alimentad@s, que los tomemos en brazos, sentirnos cerca, que les hablemos despacito, que los atendamos cuando lloran.... cierto ¿verdad?
Pues la vida real nos muestra que aunque sepamos que eso es cierto, también la mamá y el papá NECESITAN tomarle en brazos, mimarle, comprensión del entorno, y de manera especial, NECESITAN descansooooooo :-) (lo cual a veces entra en contraposición con todas la premisas anteriores, por eso criar a un bebé es una experiencia preciosa y al mismo tiempo complicada).

La cosa se complica aún más cuando sin entender muy bien por qué, parece que es@ bebé demanda de ti con mayor intensidad que otr@s bebés a sus mamis.

No voy a ser yo la que exponga el concepto anteriormente mencionado, sino Mónica, la persona que mejor lo ha expuesto. Espero que os sirva de utilidad (al menos tanta como a mí).

Los mejores 8 consejos si tiene un bebé de Alta Demanda
Si hasta hoy no entendía lo que le pasaba a su hijo...
Los mejores 8 consejos si tiene un bebé de Alta DemandaMónica San Martín es la mamá de un niña de seis años y de un bebé de 19 meses, además de fundadora de Crianza de Alta Demanda.

Cuando nació su primera hija esperaba un bebé como todos los que veía a su alrededor, o sea que de vez en cuando tuviese hambre, que durmiese bastante en su cuna, que a veces llorase de esa manera que lloran los bebés que parecen gatitos, que pudiésemos dar largos paseos en su cochecito…..Pero llegó ella con unos planes muy diferentes.

Lean su historia, cómo se desarrolló y que fue lo que hizo para resolverlo. además nos da 8 Consejos de mamá para acompañar a su bebé y “no morir en el intento”:

La vuelta a casa desde el hospital ya nos sorprendió con la intensidad de su llanto que prosiguió en cuanto intentaba dejarla en alguna superficie: cuna, cama, hamaca, cochecito… Sólo estaba tranquila si estaba en mis brazos y en mi pecho, día y noche.

Yo no entendía nada ¿por qué no se comportaba como los demás? ¿Por qué apenas dormía, y desde el primer día miraba todo con esa atención?

Agotada, desbordada, colapsada, así pasé los primeros meses intentando encontrar una explicación.

¿Tan mal lo estaba haciendo? ¿Realmente ella se comportaba así por mi culpa? En esos momentos de agotamiento extremo, durmiendo poco y mal, y atendiendo 24 horas al día a mi hija, yo no podía pensar con mucha claridad, pero sabía que ella había sido así desde el primer día, entonces ¿cómo iba a ser yo la culpable?

Haciendo un esfuerzo por comprenderla, siguiendo mi instinto que me decía que si ella me reclamaba tanto era porque lo necesitaba, fuimos entendiéndonos.

Un día me topé con una definición: Bebés de Alta Demanda, de un pediatra americano, el Dr. Sears y que coincidía a la perfección con mi hija y con lo que yo sentía. Las características para definir a un Bebé de Alta Demanda eran estas:

Intensidad
Hiperactividad
Necesidad de contacto
Maman frecuentemente
Demandantes
Despiertan frecuentemente
Insatisfechos
Impredecibles
Hipersensibles
Absorbentes
No pueden calmarse solos
Sensibles a la separación

Así descubrí que había más niños como mi hija, y confirmé que yo no tenía la culpa, que simplemente mi hija tenía unas necesidades vitales que necesitaba cubrir. Y esas necesidades venían dadas por su extremada sensibilidad sensorial, por su elevada intensidad emocional, por su capacidad de captar tantos estímulos que luego le era imposible relajarse por sí misma para dormir.

Los bebés de Alta Demanda son niños muy activos, que buscan constantemente estímulos para satisfacer su curiosidad, su necesidad de aprender, que viven la vida con intensidad y pasión y por lo tanto no quieren perderse ni un segundo de lo que pasa a su alrededor.

Cuando estos bebés crecen sus características van cambiando, pero esa manera de ser intensa siempre les acompaña.

Si tienes un bebé o un niño de Alta Demanda, estos consejos te pueden ayudar:

1. No te culpes porque tu hijo no sea como se supone que debería ser. Él es único, especial y puedes aprender mucho a su lado.
2. Simplifica tu vida. Estos niños nos consumen mucha energía, así que no la malgastes en cosas innecesarias.
3. Relájate y disfruta de tu hijo. Si tú estás tranquila todo irá mejor.
4. Atiende sus necesidades, sin descuidar las tuyas.
5. Acompáñale en el manejo de sus intensas emociones, necesita una guía para hacerlo, y tú eres la persona más importante para él.
6. Rodéate de gente que te comprenda, solo quien está en tu misma situación sabe de qué le estás hablando.
7. Protégete de las críticas de la gente. Lo más importante es tu hijo y su bienestar.
8. No hagas cambios bruscos en su vida, los cambios poco a poco, y siempre contándole lo que va a pasar, con antelación.

viernes, 16 de agosto de 2013

ALIGERA EL PERFECCIONISMO

"L@s niñ@s necesitan aprender que no pasa nada por equivocarse.
Puedes modelar las ansias de ser perfecto de tu hij@, manejando tus errores.
Necesitan saber que las personas mayores también cometen errores. Esto es especialmente cierto en la persona perfeccionista que puede sentir que la aprobación , y por ello su valor, depende de estar libre de errores.
Los errores son una buena forma de aprender, y aprendemos mucho en nuestra familia. Cuando alguien se equivoca, seguro que algun@ de nosotr@s comenta: “¿ahora, qué podemos aprender de esta situación?
Si se pulsa el botón de la ira, esto no funciona. Ten cuidado de no reaccionar con rabia cuando alguien derrama la leche o rompe sus pantalones. Simplemente dí “¿Ahora qué podemos aprender?
Entonces, quizás hasta os riáis. La risa hace gran parte del trabajo, aunque tú fueras castigad@ por cada error cometido de niñ@." 

Dr. Sears

miércoles, 14 de agosto de 2013

DIARIO DE UN SUPERDOTADO EN UN COLEGIO DE ALMERÍA X

Martes, 04 de junio de 2013

Hoy a primera hora era el examen de Conocimiento del medio de dos temas muy densos. El examen constaba de 5 preguntas a desarrollar. Mi hijo ha contestado la primera pregunta, bastante nervioso pero bien, un folio por una cara y media más escrito en una sola pregunta es mucho para este tipo de niños. Pues bien, terminando esa pregunta la señorita le ha hecho “la gran pregunta”: “¿Prefieres repetir 6º o pasar a 1º de la ESO?...piénsatelo y la semana que viene hablamos”
Por supuesto, el niño se ha desconcentrado totalmente…tanto, que se ha quedado en blanco y se le han escapado unas lágrimas. La señorita le ha hecho salir de clase para que se despejara (con el consecuente tiempo perdido de examen) y al volver ha conseguido terminarlo, aunque le ha faltado una pregunta por contestar.
Doy fe de que se ha pasado el fin de semana entero estudiando, y se sabe hasta el número de página donde viene cada cosa. Pero con la presión de todo lo que está sufriendo, más la interrupción “¿a posta?” de la señorita…
De nuevo lo tengo en casa, porque hoy lo operan de vegetaciones, llorando.

Jueves, 05 de junio de 2013

Mi hijo fue operado el martes de adenoides y de uno de sus oídos, con complicaciones de una hemorragia medianamente grave. Estuvo ingresado toda la noche y ayer le dieron el alta. Tiene que estar a reposo relativo durante una semana y faltará al colegio y a los exámenes. He ido en el recreo a hablar con el director, D. BBB, pero no estaba y he aprovechado para hablar con la orientadora que estaba en el recreo con sus alumnos.
Lo primero que le he preguntado es si el test que han hecho los niños de 6º era, como dice la srta. AAA, de inteligencia para detectar superdotación. Me ha contestado que no, que tan sólo es un test que suelen hacer todos los años a los alumnos de 6º, pero sin más importancia. Luego le he hablado de la mala adaptación del niño con sus compañeros y con su profesora, y de la intención de esta última de hacerle repetir. Como esperaba se ha sorprendido por lo de “repetir”. Ya le he dicho que el niño se está esforzando mucho, pero que en inglés va flojo porque no quiere. Me ha dicho que hablará con la señorita y se informará. Que sigamos luchando como hasta ahora.
Más tarde, a la salida del colegio he ido a hablar con la señorita AAA para informarle de que faltará el niño una semana. Me ha dicho que no me preocupe. Que con que haga bien los globales ya le vale. Y ha empezado de nuevo a decirme mentiras: me ha vuelto a garantizar que el test que se les ha hecho es para detectar sobredotación y que al niño le ha salido tan mal que sale “en la media raspandillo”. Sin decirle que había hablado con la orientadora, le he insistido si estaba segura de que eso era así y me lo ha garantizado.
También me ha dicho que ha sido el mismo niño el que le ha dicho al ver lo mal que le salía el “test de inteligencia”. “¡Ay, señorita!¡Cuánto me arrepiento de no haber trabajado más estos años atrás!” (no se lo cree ni ella) A lo que ella ha añadido: ¿Es que acaso quieres repetir? Y dice que le ha contestado con un gesto de “quizá”.
¡Es impresionante la desfachatez de esta mujer!
A todo esto hay que recordar, que la señorita cree que el año que viene no irá al Seminario y que por eso ha dejado de “machacar” al niño con el tema. (He reservado matrícula en el centro MMM para que se calmara).
Mañana a las 9,30 tiene una hora libre el director y voy a aprovechar para hablar con él e intentar hablarle de la idea que tiene la señorita de que repita el niño. A ver qué opina sobre el tema.


Continuará....
DULCE MONTAGUDO

lunes, 12 de agosto de 2013

¿QUIÉN DEFIENDE A NUESTR@S HIJ@S?

Por mucho que se idealice la infancia, cada vez hay más motivos para pensar que eso sucede quizá por poseer una memoria demasiado selectiva cuando hemos crecido.
Cierto es que resulta maravilloso ir descubriendo el mundo cuando apenas se tienen unas pequeñas nociones de lo que hay en él. Y que se vive con una intensidad impregnada de inocencia que desgraciadamente se pierde con los años. Pero no siempre ha sido oro lo que aparentemente reluce... ¿qué siente un@ niñ@ cuando se le grita? ¿y cuándo es objeto de mofa o burla? ¿y cuándo se le pega? Y la pregunta del millón: ¿qué hace que un@ niñ@ se comporte de manera violenta con sus semejantes?
La respuesta a estas y otras muchas preguntas quizá tengamos de buscarlas en las pautas y el estilo que elegimos para llevar a cabo su educación (que no es otra cosa que la forma con la que elegimos guiar su vida en los primeros años de la misma).
Me quedo con esta fabulosa reflexión (una vez más) de Ramón Soler acerca de por qué damos por hecho que la violencia es innata y por lo tanto tendemos a no actuar en consecuencia cuando algun@ de nuestr@s hij@s es objeto de la misma por parte de sus iguales.
Para comenzar este artículo, voy a pedirte que realices un ejercicio con tu imaginación y que visualices, vívidamente, las dos siguientes escenas:
  • en la primera, vas caminando con tu pareja, dando un agradable paseo y un desconocido le propina un bofetón.
  • en la segunda escena, tu pareja se cae y otra persona que pasaba a vuestro lado en ese momento se burla de él/ella.
¿Cómo reaccionarias en ese momento? ¿Cómo piensas que se sentiría tu pareja? ¿Saldrías en su defensa? ¿Qué le dirías al agresor?
Ahora, vamos a realizar otro ejercicio, esta vez, quiero que imagines que estás con tu hijo en un parque y otro niño se le acerca y le propina un bofetón; o que, en ese mismo parque, tu niño se cae, se hace daño en la rodilla y otro se burla de él.
¿Qué harías entonces? ¿Le defenderías igual que harías con tu pareja? ¿Dirías que son cosas de niños y que lo tienen que resolver entre ellos?
Os he propuesto este juego de imaginación porque quiero hablaros sobre algunos mitos que circulan, con asiduidad, entre psicólogos, psiquiatras, pediatras, educadores y la mayoría de los padres, sobre la violencia entre niños. De muchos de ellos, suele ser habitual escuchar las más variadas excusas para justificar cualquier tipo de agresión (física, verbal o emocional) de un niño contra otro.
Veamos algunos de esos tópicos que, con toda seguridad, habréis escuchado:
- Son cosas de niños
Obvio. En efecto, estamos hablando de agresiones que se dan entre niños, no entre ancianos; si viésemos a dos abueletes dándose bastonazos en plena calle, diríamos “son cosas de ancianos” (y casi todos correríamos a separarlos).
Pero si lo que pretendemos con esta expresión es normalizar la violencia entre niños y restarle importancia, estaremos cometiendo un grave error. Reconozco que, en nuestra sociedad, es muy habitual que los niños se peguen, se insulten y compitan entre ellos, pero esto no quiere decir que sea algo, ni natural, ni propio de la especie humana.
Aunque la extrema frecuencia con la que se produce, en muchas sociedades, violencia entre niños podría inducir a pensar que ésta es inherente a nuestra especie, la Antropología nos muestra que ésta es una afirmación errónea.  Los estudios de campo en grupos humanos pacíficos, en los que ni los adultos, ni los niños, utilizan la violencia, son muestra de ello. Por ejemplo, Jean Liedloff, en su libro “El concepto del continuum”, relata que nunca presenció una disputa y que no vio a un niño llorar porque otro le hubiera pegado entre los Yequana, la tribu con la que ella convivió durante años.
Por lo tanto, ya no podemos afirmar que el hecho de que los niños se peguen es algo normal. A lo sumo,podríamos decir que es habitual en culturas como la nuestra, basada en la competitividad, la jerarquía y la violencia, pero no que sea lo normal en el ser humano.
Por desgracia, muchos de nuestros niños viven sometidos a tensiones y a agresiones desde antes, incluso, del nacimiento. No me estoy refiriendo únicamente a gritos o cachetes, sino a otros tipos de violencia que generan en ellos frustración y rabia contenida. Violencias más sutiles, como desprecios, abandonos emocionales o coacciones como forzarles a comer o a dormir solos cuando aún no están preparados para ello. En nuestra sociedad, por doquier, existen muchas familias desestructuradas y muchos padres desequilibrados que crían a sus hijos con una gran carga de violencia (más o menos sutil). Cuando estos niños salen a la calle y se relacionan con otros, es habitual que vuelquen sobre ellos la frustración y la rabia que acumulan en su interior.
Vivimos en una sociedad enferma y esto nos hace tomar por algo normal actitudes que son patológicas. Como decía Krishnamurti “No es síntoma de buena salud el estar perfectamente adaptado a una sociedad enferma”.
- Dejar que ellos resuelvan sus “conflictos
Una corriente muy extendida en algunos sectores de la crianza “respetuosa” es la de no intervenir en los conflictos y dejar que sean los propios niños los que los resuelvan. A priori, esto suena bastante bien y, a medida que los niños crecen y se hacen mayores, es una buena técnica para que aprehendan conceptos como la empatía, la comprensión, la cooperación, la comunicación, etc.
Sin embargo, quiero señalar, que “dejarles a ellos resolver sus conflictos” no es un procedimiento adecuado para niños muy pequeños. Tenemos que tener en cuenta que, debido a su corta experiencia vital, los bebés y los niños muy pequeños, necesitan observar referencias y copiar modelos de comportamiento morales adecuados, en adultos y otros niños más mayores, basados en el apego seguro, el respeto y el fomento de la comunicación no violenta.
Por otra parte, si estamos hablando de niños más mayores, si no manejamos adecuadamente la situación y no estamos muy atentos, pueden acabar produciéndose situaciones de violencia y abusos físicos y/o psicológicos(verbales, denigración, degradación, etc.).
Por supuesto que los niños más mayores tienen la capacidad de resolver sus conflictos entre ellos, pero ésta es una realidad factible sólo en grupos humanos en los que todos sus miembros estén equilibrados y compartan una misma filosofía de cooperación y de Ubuntu.
Lamentablemente, como ya hemos comentado con anterioridad, nuestra sociedad es una sociedad enferma en la que la competitividad y las rivalidades son fomentadas, desde la más tierna infancia, por parte de familias, escuelas, medios de comunicación, etc. Resulta prácticamente imposible encontrar un grupo de niños que, per se, esté autorregulado. Un grupo, en el que ellos mismos puedan resolver sus problemas de forma equilibrada, sin agravios.
Por lo general, lo habitual es toparse con niños sociorregulados y que, en sus reuniones, grupos, pandillas, etc. se produzcan agresiones y/o situaciones de abuso físico o emocional, donde el mayor o el más fuerte imponga su decisión. Qué conste, que no estamos hablando de roces fortuitos o peleas en las que los niños o niñas estén midiendo sus fuerzas sin hacerse daño y participando en ellas por propia elección, sino de abusos, agresiones no consentidas, insultos, burlas, etc. en la que uno, o más, de los niños es sometido a la ley del más mayor o el más fuerte, forzado, violentado, denigrado, degradado, etc.
Por desgracia, hay niños con historias familiares muy complejas que arrastran una enorme carga de violencia (explícita o sutil) tras de sí. En estos casos, no podemos esperar que el grupo se autorregule y “neutralice” la violencia que expresan algunos de sus miembros. Al contrario, lo que sucede es que la violencia se extiende como un virus letal que infecta de una u otra forma a todos los demás niños. Unos  se plegarán a la “ley del más fuerte” y, a su vez, reproducirán los modelos de abuso y agresión que reciben de otros sobre los niños más débiles de su entorno más cercano. Otros seguirán al “líder” y se unirán a las burlas, la agresión, etc. Otro tercer grupo será el victimizado, el blanco de las agresiones. Otro, se enfrentará a ellos. Y por último, otro grupo, se mantendrá aparte, lo que no le librará de recibir el impacto negativo de la violencia presenciada. De esta forma, la violencia, generación tras generación, se sigue perpetuando desde casa, pero también desde el colegio, la calle, etc. Y en pleno siglo XXI, seguimos viviendo en una sociedad basada en el sometimiento y para que haya sometimiento se normaliza, en todos los ámbitos, la violencia. Y para que haya sometimiento, se normaliza la jerarquía, la existencia de represores, de coacciones, de desigualdad.
En más de una ocasión he comprobado cómo tras esa supuesta (ya hemos visto que falsa) “libertad” para que los niños resuelvan sus conflictos, se esconde una preocupante dejadez y una falta de interés por la salud emocional de los pequeños por parte de sus padres y/o educadores, pero éste es un tema más complejo que deberá ser analizado en otra entrada.
Niño defendido, niño seguro.
Cuando devenimos padres adquirimos el compromiso y la responsabilidad del acompañamiento y del cuidado de nuestros hijos. Parte de esta responsabilidad, implica la protección de los pequeños frente a agresiones externas. Cuando los niños son pequeños, pueden verse expuestos a situaciones de violencia que, por sí mismos, debido a su inmadurez y falta de recursos (cuanto más pequeños, menos tendrán), no van a poder resolver. En teoría e idealmente, esto no tendría que ser así, por el bien de la salud física y emocional de nuestros hijos, el grupo (la sociedad) tendría que encargarse de proteger a sus crías. Sin embargo, puesto que hemos visto que nuestra sociedad es violenta con los niños y que fomenta la competitividad entre ellos, parte de la labor de los padres debe ser el defenderles de las agresiones que puedan recibir, por parte de otros adultos, de las instituciones y, también, de las procedentes de otros niños.
Cuando un niño se siente protegido por sus padres, su autoestima se ve reforzada. Estos pequeños saben que sus padres les defenderán, no tienen que estar, continuamente, alerta ante posibles ataques y pueden dedicarse a jugar, a experimentar, aprender y crecer. Estos niños, se sentirán valorados y crecerán seguros. Al presenciar cómo sus padres les protegen, también están interiorizando la asertividad necesaria para defenderse por sí mismos. Así, a medida que crecen, adquieren la madurez y las herramientas necesarias para defenderse por sí mismos. Además, estos niños aprehenden la idea de que los modelos de comportamientos que incluyen agresiones, insultos, etc., son modelos insanos y no tiendan a copiarlos en su vida.
Si defendemos a nuestros hijos, mientras sea necesario, ellos aprenden a valorarse como niños, y en su futuro, como adolescentes y adultos. Si se sienten valorados y se saben valiosos, estos niños, no permitirán que nadie abuse de ellos. Además, saben y sabrán frenar los ataques de los abusadores que van encontrándose en su vida, actual y adulta (jefes, familiares, parejas, vampiros emocionales, etc.).
Por supuesto, todo esto es válido cuando el niño también recibe en casa un apego seguro, basado en el Amor, el respeto comunicación, la empatía y libre de violencia (gritos, cachetes, etc.).
¿Y el “agresor”?
Aunque resulte obvio, nunca está de más recalcar la idea de que un niño que agrede también es una víctima. Víctima de sus circunstancias, de su entorno, de su familia. Puedo afirmar, con total seguridad, que este pequeño ha sufrido en carne propia distintas situaciones de violencia, ya sean explícitas y/o sutiles. Debido a estas carencias de apego seguro, el niño acumula tensión y rabia en su interior y para expresar su malestar, utiliza, como vía de escape y comunicación de su dolor, el descargar esta presión con otros más débiles o indefensos que él. No le podemos culpabilizar por su actuación; quizás no haya conocido otro modelo de relación que el de los golpes o los insultos, pero esto no debe impedirnos ver que agredir a otros niños no es una manera sana de estar y comunicarse con ellos.
Si no intervenimos en las situaciones de abuso, no estaremos haciéndole bien a ninguna de las partes. Si no les damos a los niños un modelo de empatía y respeto hacia los demás, estos, corren el peligro de tomar por normal estas situaciones de violencia y repetirlas, con posterioridad, en sus relaciones con los demás. Quizás a esos niños, nunca nadie les ha ayudado a empatizar, explicándoles lo que sienten los otros niños cuando se les pega. Tenemos que poder ofrecerle a estas criaturas, heridas por sus circunstancias adversas,  modelos más sanos de relacionarse con los demás: dialogando, expresando sus emociones de manera sana, buscando soluciones intermedias entre ambas posturas, etc.
Lo único que conseguiremos con la permisividad es legitimar y perpetuar el abuso y la violencia entre niños.
Intervenir con empatía, pero intervenir.
Como resumen, me gustaría destacar el hecho de que resulta necesario intervenir cuando apreciemos situaciones de violencia o de abuso entre niños. Si lo hacemos, los niños que son agredidos se sentirán protegidos. Además, también aprenderán a identificar estas situaciones para poder defenderse por sí mismos cuando sean más mayores. Por otra parte, también es positivo para el niño que agrede, ya que le estamos ayudando a reconocer los límites mínimos necesarios para la convivencia en sociedad y el respeto al otro.
Texto íntegro: Ramón Soler

sábado, 10 de agosto de 2013

¿QUÉ PIENSAN LOS BEBÉS? - Alison Gopnik

10 INTERVENCIONES SOBRE EDUCACIÓN ELEGIDAS POR SIR KEN ROBINSON
(1 de 10): ALISON GOPNIK "¿QUÉ PIENSAN LOS BEBÉS?"


¿Qué sucede en la mente de este niño? Si se hubiera hecho esta pregunta hace 30 años, la mayoría, incluyendo psicólogos, habrían respondido que este niño era irracional, ilógico, egocéntrico y que no podría comprender otros puntos de vista o comprender la relación causa y efecto. En los últimos 20 años la ciencia del desarrollo (infantil) ha invalidado por completo esa idea. Así que ahora, de alguna manera, creemos que el pensamiento de este bebé, es como el pensamiento de los científicos más brillantes.

Les daré un ejemplo. Una de las cosas en las que podría estar pensando este bebé, que podría pasar por su mente, es que estuviera tratando de averiguar lo que está pasando en la mente de otro bebé. Porque, a fin de cuentas, lo más difícil es descifrar lo que otro piensa y siente. Y tal vez, lo más difícil de todo, es darse cuenta de que lo que otros piensan y sienten, no es, precisamente, lo que nosotros pensamos o sentimos. Quien sigue de cerca la política, puede dar fe de lo difícil que es para algunos lograr esto. Nosotros queríamos saber si los bebés y los niños pequeños podían comprender este hecho profundo acerca de los otros. Ahora la pregunta es: ¿cómo podríamos preguntarles? Después de todo, los bebés no pueden hablar, y si preguntan a un niño de tres años qué piensa, se obtiene un hermoso relato monologal acerca de ponis, cumpleaños y cosas de ese estilo. Entonces, ¿cómo preguntarles?

Pues el secreto está en el brócoli. Lo que hicimos mi alumna Betty Rapacholi y yo, fue dar a los a bebés dos recipientes con comida: uno de brócoli crudo y otro de pececitos salados deliciosos. A todos los bebés, incluso en Berkley, les gustan las galletas saladas y no les gusta el brócoli crudo. (Risas) Lo que hizo Betty fue probar un poquito de alimento de cada recipiente e hizo como si le gustara uno y otro no. Así, la mitad de las veces mostraba agrado por los pececitos salados y desagrado por el brócoli… …igual que cualquier bebé y persona sensata. Pero la mitad de las otras veces, ella con una porción de brócoli hacía: “mmm… brócoli. Es brócoli, mmm...” Luego, comía galletas saladas, y hacía: “¡uf, puaj! Galletas... He comido galletas. ¡Aaaagggggg!" Ella hizo lo contrario de lo que les gustaba a los bebés. Probamos esto con bebés de 15 y 18 meses. Luego, ella simplemente extendió la mano y dijo: “¿puedes darme un poco?”

Y la cuestión es: ¿qué le dará el bebé, lo que les gusta a ellos o a ella? Y lo increíble fue que, a los 18 meses de edad, y aunque apenas puedan caminar y hablar, le darán las galletas si es eso lo que a ella le gustaba, o el brócoli, en caso contrario. Por otro lado, los bebés de 15 meses, se quedaban contemplándola mucho tiempo si hacía como si le gustara el brócoli; no lo podían comprender. Pero tras un lapso de tiempo, ellos le daban las galletas, ya que pensaban que a todos les deben gustar. Así que encontramos aquí dos cosas realmente notables. La primera es que estos bebés de 18 meses han descubierto este hecho realmente profundo de la naturaleza humana, y es que no siempre todos queremos lo mismo. Y lo que es más, creían que realmente debían hacer cosas para ayudar a otros a conseguir lo ansiado.

Mas sorprendente aún, es el hecho que los niños de 15 meses no hicieran esto, y esto sugiere que los bebés de 18 meses han aprendido este hecho profundo de la naturaleza humana, a partir de los 15 meses. Por lo tanto, los niños saben más y aprenden más de lo que habíamos pensado. Y este es uno de los cientos de estudios realizados los últimos 20 años que lo demuestran.

Ahora, la pregunta que se podría hacer es: ¿por qué los niños aprenden tanto? Y ¿cómo pueden aprender tanto en tan poco tiempo? Es decir, después de todo, si se observa superficialmente a los bebés, parecen bastante inútiles. Y en realidad, en muchos aspectos, son más que inútiles, dado que tenemos que invertir mucha energía para tan sólo mantenerlos con vida. Pero si nos remitimos a la evolución para obtener una respuesta a este misterio de por qué dedicamos tanto tiempo al cuidado de bebés inútiles, existe una respuesta. Si observamos a través de las muchas y diversas especies, no solo a nosotros, los primates, sino también otros mamíferos, las aves, incluso los marsupiales, como los canguros y uómbats; existe una relación entre la duración de la infancia de una especie y el tamaño de sus cerebros en comparación con sus cuerpos, y cuan inteligentes y flexibles son.

Un claro ejemplo de esta idea son las aves allí. Por un lado, tenemos un cuervo de Nueva Caledonia. Los cuervos y otros córvidos, grajos, etc. son aves sorprendentemente inteligentes y en muchos aspectos, son tan inteligentes como los chimpancés. Y la ciencia ha descubierto que este ave ha aprendido a usar una herramienta para obtener alimento. Y por otro lado, tenemos a nuestra amiga, la gallina. Las gallinas, patos, gansos y pavos son básicamente tan tontos como inoperantes, Son muy buenos para picotear granos, pero para nada más son muy buenos. Resulta que los cuervos bebé de Nueva Caledonia son polluelos inexpertos. Dependen de que sus madres les den a la boca pequeñas lombrices durante dos años, un período largo en la vida de un pájaro. Mientras que las gallinas maduran en pocas meses. Por lo tanto, la niñez es la razón para que los cuervos acaben en las portadas de la ciencia Mientras que las gallinas acaban siendo sopa en la olla.

Hay algo acerca de esa larga infancia que parece estar conectada con el conocimiento y el aprendizaje. ¿Qué tipo de explicación tendríamos? Bien, algunos animales, como las gallinas, parecen ser muy aptos para hacer muy bien una sola cosa, Por eso demuestran una gran capacidad para picotear granos en un ambiente. Otras criaturas, como los cuervos, no son muy buenos haciendo algo en particular, sin embargo, son extremadamente capaces de aprender las leyes de ambientes diferentes.

Y por supuesto nosotros, los seres humanos, somos el exponente en esta distribución, como los cuervos. En relación al cuerpo, nuestros cerebros son mucho más grandes que el de cualquier otro animal, somos más inteligentes, más flexibles, podemos aprender más; podemos sobrevivir en los ambientes más diversos, migramos para poblar el mundo, e incluso, hemos ido al espacio. Y nuestros bebés y niños dependen de nosotros durante mucho más tiempo en comparación con otras especies. Mi hijo tiene 23 años. Y por lo menos, hasta los 23 años, estamos alimentándolos en la boca.

Pero, ¿por qué vemos esta correlación? Una idea sería que esa estrategia de aprendizaje, es una estrategia de supervivencia muy poderosa, pero tiene una gran desventaja. Y esa gran desventaja es que, hasta que se aprende, uno está indefenso. Así que no querrán que el mastodonte se lance sobre ustedes y preguntarse a sí mismo: “Una honda o tal vez una lanza ¿Qué sería mejor?” Ustedes quieren aprender todo eso antes que el mastodonte aparezca. Y la manera en que la evolución ha resuelto ese problema, es mediante cierta división del trabajo. Es decir, en esa primer etapa, estamos protegidos por completo, no tenemos que hacer nada más que aprender. Y luego en la adultez, podemos utilizar esas cosas aprendidas siendo bebés y niños y ponerlas en práctica en la vida.

Entonces, una manera de ver esto sería pensar que los bebés y los niños pequeños son el departamento de investigación y desarrollo de la especie humana. Son los niños celestiales protegidos que solo tienen que explorar, aprender y tener buenas ideas, y nosotros somos la producción y la comercialización. Nosotros tenemos que retomar todas esas ideas que aprendimos de pequeños y ponerlas en práctica. Otra forma de analizar esto, sería en lugar de pensar en bebés y niños como adultos incompletos, los podríamos pensar como seres en una etapa diferente del desarrollo dentro de la especie, —algo similar a las orugas y las mariposas—, con la diferencia de que ellos son las mariposas brillantes que revolotean y exploran el jardín, y nosotros somos las orugas que avanzamos poco a poco hacia nuestra corta adultez.

Si esto es cierto, si los bebés están diseñados para aprender, —y la historia evolutiva muestra que los niños están capacitados para aprender, están preparados para eso—, podríamos suponer que tienen poderosos mecanismos de aprendizaje. De hecho, el cerebro de los bebés parece ser la computadora mas poderosa de aprendizaje del planeta. Pero parece que las computadoras pueden llegar a ser mucho mejor. Ha habido recientemente una revolución en nuestra comprensión del aprendizaje de las máquinas. Y esto gracias a las ideas del reverendo Thomas Bayes, un estadístico y matemático del siglo XVIII. Y básicamente, lo que Bayes hizo fue proporcionar una base matemática, utilizando la teoría de la probabilidad, para caracterizar y describir, la manera en que los científicos hacen sus hallazgos. Así, si los científicos tienen una hipótesis, luego, salen a comprobarla contra las evidencias. Si las evidencias hacen modificar su hipótesis, entonces testearán una nueva hipótesis, y así sucesivamente. Y Bayes demostró un procedimiento matemático para hacerlo. Y las matemáticas constituyen el núcleo de los mejores programas de aprendizaje automático actuales. Hace unos diez años, yo propuse que los bebés podrían hacer algo parecido.

Así que si quieren saber qué sucede detrás de esos hermosos ojos marrones, creo que en realidad, sería algo así. Ese es el cuaderno del reverendo Bayes. Así, creo que los bebés hacen cálculos complejos de probabilidad condicional que revisan para comprender cómo funciona el mundo. Bien, ahora parecería que existe un orden superior que demostrar. Después de todo, si preguntan a los adultos sobre estadística, se ven muy ridículos; Entonces, ¿cómo puede ser que los niños hagan estadísticas?

Para probar esto, usamos un aparato que llamamos, el detector Blicket. Esta es una caja que se enciende y suena la música cuando apoyas sobre ella algunas cosas y otras no. Y con este aparato sencillo, mi laboratorio y otros han hecho decenas de estudios mostrando, precisamente, lo bueno que son los niños para aprender acerca el mundo. Permítanme mencionarles solo uno, que hicimos con mi alumna, Tumar Kusher. Si les hubiera mostrado este detector, seguramente habrían pensado que la manera de hacerlo funcionar sería colocando un bloque sobre él. Sin embargo, este detector, funciona de una manera un poco extraña. Porque si agitamos un bloque sobre él, algo que seguramente no hubieran pensado que podríamos hacer, el detector se activará dos veces de cada tres; mientras que, si hace lo previsible, es decir, apoya el bloque sobre el detector, éste sólo se activará dos veces de cada seis. Por lo tanto, la hipótesis poco probable, es la que tiene evidencias más sólidas. Parece como si la agitación del bloque fuese una estrategia más eficaz que la otra estrategia. Entonces, hicimos esto: dimos a los niños de 4 años este patrón de evidencias y les pedimos que lo hicieran funcionar. Y efectivamente, el niño de 4 años usó la evidencia, de agitar el objeto sobre el detector.

Ahora, hay dos cosas realmente interesantes al respecto. La primera, y nuevamente, se trata de niños de 4 años. Están aprendiendo a sumar. Pero inconscientemente, están haciendo esos cálculos complejos que les darán una medida de probabilidad condicional. Y otra cosa interesante, es que ellos usan esa evidencia para llegar a una idea, a una hipótesis acerca del mundo, que al comienzo, parece muy poco probable. Y en los estudios que hemos estado haciendo en mi laboratorio, hemos demostrado que los niños de 4 años son mejores que los adultos en averiguar una hipótesis poco probable ante la misma tarea. Así que en estas circunstancias, los niños están usando estadísticas para comprender el mundo. Pero, después de todo, los científicos hacen experimentos y quisimos ver si los niños también los hacen. Cuando los niños experimentan, lo llamamos: “meterse en todo” o bien: “jugar”.

Y han surgido recientemente un montón de estudios interesantes que han demostrado que el juego es, realmente, una especie de programa de investigación experimental. Aquí hay uno del laboratorio de Cristine Legare. Cristina usó nuestro detector Blicket, y lo que hizo fue mostrarle a los niños que los amarillos lo hacían funcionar y los rojos no. Luego, les mostró una anomalía. Y verán ahora que éste pequeño desplegó 5 hipótesis en un lapso de 2 minutos.

(Video) Niño: “¿Qué tal éste?" "Igual que el otro lado”

Alison Gopnik: Su primer hipótesis ha sido falseada.

Niño: “Ésta se enciende, y ésta no.”

AG: Hizo su registro de la experiencia.

Niño: “¿Qué la hace encender? “ (Risas) “No lo sé…”

AG: Todos los científicos reconocerían esa expresión de desesperación. ¿No es cierto?

Niño: “Ah, es porque éste tiene que estar como éste y éste como éste.”

AG: Muy bien, hipótesis 2.

Niño: “Es por eso..." "...oh..."

AG: Ahora la próxima idea. Y pidió a la investigadora hacer esto, colocarlos sobre el otro lugar. Tampoco funciona.

Niño: ”Oh, porque la luz sólo llega hasta aquí... ...y no hasta aquí. "Oh, la parte inferior de la caja tiene electricidad, pero ésta no.”

AG: Bien, ésa es su cuarta hipótesis.

Niño: “Se enciende cuando pones 4." "Entonces, tienes que poner 4 en éste para que se encienda, y dos en éste.”

AG: Muy bien, ésa es su quinta hipótesis.

Se trata de un niño adorable y particularmente expresivo, pero Cristine descubrió que esto es bastante típico. Si ustedes observan cómo juegan los niños, y les piden que les expliquen, lo que realmente hacen es una serie de experimentos. Esto, en realidad, es bastante característico en los niños de 4 años.

Pues bien, ¿qué se siente siendo este tipo de criatura? ¿Qué se siente siendo una de esas brillantes mariposas que puede poner a prueba 5 hipótesis en dos minutos? Bueno, si nos remontamos a psicólogos y filósofos, muchos de ellos afirmaban que los bebés apenas eran conscientes o no lo eran en absoluto. Y yo pienso que es exactamente lo contrario. Creo que los bebés y los niños son más conscientes que nosotros, los adultos. Ahora, esto es lo que sabemos acerca de cómo funciona la conciencia en adultos. La atención y la conciencia de los adultos se parece a un reflector. Los adultos decidimos si algo es relevante o importante, o no y dirigimos la atención hacia eso. Y la conciencia hacia ese objeto que estamos atendiendo se ilumina y reaviva considerablemente, mientras que el resto de las cosas se apagan; e incluso sabemos cómo el cerebro hace esto.

Cuando prestamos atención, la corteza prefrontal, que es la parte ejecutiva de nuestro cerebro, envía una señal que hace que una pequeña porción de nuestro cerebro sea más flexible, mejor para el aprendizaje, anulando la actividad en el resto del cerebro. Por lo tanto, tenemos una atención muy enfocada, dirigida a un propósito. Si observamos a los bebés y a los niños, vemos algo muy diferente. Yo pienso que los bebés y los niños parece que tuvieran un linterna de la conciencia mas que un reflector de la conciencia. Por eso, los bebés y los niños son muy malos para concentrarse en una sola cosa, pero son muy buenos para tomar información de muchas fuentes diferentes a la vez. Y si observan sus cerebros, los verán inundados de neurotransmisores que son muy buenos para inducir el aprendizaje y la plasticidad, mientras que los inhibidores no se ponen aun en funcionamiento. Entonces, cuando decimos que los bebés y los niños pequeños no son buenos prestando atención, es decir, en realidad, son malos en no prestar atención. Por tanto, son malos para ignorar todas las cosas interesantes que los rodean y mirar sólo lo que es importante. Ese es el tipo de atención, de conciencia que podemos esperar, de aquellas mariposas que están diseñadas para aprender.

Y si quisiera pensar en una manera de obtener una muestra de la conciencia de un bebé como adulto, creo que la mejor manera es pensar las veces que nos enfrentamos a situaciones nuevas: cuando nos enamoramos nuevamente, cuando visitamos una ciudad por primera vez. Y lo que sucede, en esos casos, no es que la conciencia se contrae, todo lo contrario, se expande. Y es así que, esos tres días en París, parecen estar mucho más rebosantes de conciencia y experiencia, que todos esos meses de caminar, hablar y de reuniones de facultad, y —como zombies— de regresar a casa. Y por cierto, ese café, ese maravilloso café que han tomado, en realidad, imita el efecto de los neurotransmisores del bebé. Entonces, ¿qué se siente siendo un bebé? Es como estar enamorado en París por primera vez, tras haber tomado tres expresos dobles. Esa es una fantástica manera de vivir, pero les hará despertarse a las tres de la madrugada llorando.

Pero es bueno ser adulto. No quiero decir mucho más sobre lo maravillosos que son los bebés. Es bueno ser adulto. Podemos atarnos los cordones y cruzar la calle solos. Y tiene sentido que pongamos mucho esfuerzo en hacer que los bebés piensen como los adultos. Pero queremos ser como esas mariposas para tener mentes abiertas y dispuestas al aprendizaje, imaginación, creatividad, innovación... y tal vez, algunas veces, los adultos deberían empezar a pensar como los niños.

jueves, 8 de agosto de 2013

LA DISLEXIA Y LA ALTA CAPACIDAD INTELECTUAL

No me suele gustar publicar listados de características o signos (a veces mal llamados "síntomas") de alta capacidad. Y esto es así fundamentalmente por 3 motivos:

1 - Tendencia a buscar que se cumplan todas las características enumeradas en un listado.- Es decir, que si poseemos un listado de 10 características comunes que suelen compartir l@s niñ@s con altas capacidades, se puede tender a encontrar cumplir todas, de tal forma que si cumple 9 de 10 se puede llegar a pensar que no puede tener AA.CC. ("es que mi hijo no caminó de manera temprana, lo hizo a los 15 meses", "suele ser habitual que aprendan a leer incluso antes de los 4 años, y la mía ya tiene 6 y no lee bien",....)

2 - Profecía autocumplida: tendencia a buscar similitudes cuando estamos convencid@s de algo.- Se trataría por lo tanto de una actitud totalmente diferente a la anterior, es decir, cuando alguien está convencido de que su niñ@ tiene altas capacidades, va a buscar características donde no las hay. Quizá no es la más común, pero sí puede darse, especialmente cuando los signos de alta capacidad descritos se describen de manera demasiado amplia, sin profundizar. Por ejemplo: ¿qué significa "hacer preguntas inusuales para su edad"? Es una afirmación que puede ser susceptible de interpretaciones demasiado subjetivas.

3 - Inespecificidad en la descripción de las características.- Enlazando con el anterior punto, hay ocasiones en las que los "listados" que hallamos habitualmente por internet están sujetos a una descripción de un grupo de sujetos determinado, sin que ello suponga una muestra lo suficientemente amplia como para poder hablar de "características comunes". Sería algo así como que yo me dedicase a describir conductas de mis hijos (lo cual es perfectamente lícito) y en lugar de aclarar que es algo particular de ellos, lo expusiese como algo que han de cumplir todos los niños con AA.CC.

¿Por que exponer estos puntos antes de entrar a tratar el tema que nos compete? ...porque si bien es cierto que suelo ser muy crítica y escéptica con una tendencia moderna a buscar una etiqueta de trastorno a niños y niñas con AA.CC, hay ciertas cuestiones que no debemos desatender, como las particularidades que pueda presentar cada niño o niña. Y cuando no atendemos de manera especial dichas particularidades, el riesgo de desatender los talentos y potencialidad de ese niñ@ se disparan aún más.

Como bien comentaba anteriormente, no siempre la adquisición temprana de la lectura es una característica común en niñ@s con alta capacidad (sin que ello implique que exista algún tipo de problema paralelo), pero sí podemos estar ante un problema de dislexia, que puede verse en cierta forma enmascarado precisamente por una capacidad intelectual elevada.
Sí que quisiera remarcar sin embargo ciertos casos en los que este hecho nos puede resultar llamativo, especialmente cuando el niño o la niña tiene un desarrollo tal que sí parece cumplir criterios para hacer nos pensar que desde luego está muy espabilad@ para su edad, pero sin embargo, el acceso a la lectura parece resistirse. De hecho, personalmente mantengo la hipótesis de que hay una cierta posibilidad de que al coexistir la dislexia junto con las AACC, ésta pueda suponer un factor que dificulte la detección temprana de las mismas.
Paralelamente a la lectura, podemos encontrar otra serie de cuestiones, tales como la memoria a corto plazo, la percepción de orden, la capacidad de secuenciación y automatización (Concepto y Bases Neurológicas de la Dislexia).
Y todo esto tiende a hacerse cada vez más patente cuando abandona la Educación Infantil y accede a Primaria. Desgraciadamente a much@s de est@s niñ@s se les ridiculiza o se les achaca "vagancia", es decir, se culpa directamente a una actitud del menor en lugar de indagar un poco más allá en las posibles causas de esa falta de rendimiento en edades tan tempranas.
Por este motivo me gustaría que profundizáramos un poco más en este tema....
CAUSAS DE LA DISLEXIA

"La lectura no es un proceso natural. La alfabetización es un proceso que requiere aprendizaje y que se ha producido durante muchos siglos, por lo tanto el cerebro no está adaptado previamente para este proceso. Por lo tanto, el aprendizaje de la lectura produce cambios en la estructura neurológica. 
El hecho es que en estos niños que desarrollan dislexia, parece que los cambios neurológicos no se producen de la misma manera que en los niños normales.
Una de las técnicas que han contribuido al conocimiento del proceso lector ha sido el registro de movimientos oculares y de variaciones pupilares mientras leemos.
Lo que hacemos con es técnica es registrar la mirada del sujeto mientras se desplaza por el texto. Entonces se ha comprobado repetidas veces que mientras los lectores normales hacen desplazamientos más controlados y van fijando su mirada sobre partes significativas de las palabras, los desplazamientos en los disléxicos son más erráticos, las fijaciones duran menos tiempo y no siempre se producen en los elementos significativos de las palabras.
Pero la dislexia esencialmente no es un problema visual, sino que parece que esencialmente es un problema fonológico; es decir, las operaciones que hacemos para manejar los sonidos dentro del cerebro, recuperarlos de nuestro cerebro y producirlos, incorporarlos a la palabra. Y en el caso de la lectoescritura, pues para trasladarlos al lenguaje escrito, es decir, convertir las letras en sonidos, o en el caso de la escritura, convertir los sonidos en letras."

 (Carlos Gallego. Decano de la Facultad de Psicología de la UCM)


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